El actual consumo de cultura basado en plataformas de streaming, como Netflix, HBO, Amazon Prime, Tidal o Spotify, ha provocado un problema cada vez más habitual: las restricciones de determinado contenido, según el país. Afortunadamente, los proveedores de contenido ya pueden ofrecer a sus usuarios acceso sin restricciones al contenido local disponible en sus cuentas personales en toda la Unión Europea.
Hasta ahora, esta opción de streaming no estaba disponible al tener los contenidos diferentes licencias según el territorio (por ejemplo, un usuario que podía ver a través de internet una serie que está disponible en España era incapaz de verla en otro país al que viajaba puntualmente, debido a que en ese país los derechos son propiedad de una determinada compañía).
En este sentido, la Comisión Europea impulsó un nuevo marco legal y un acuerdo con los proveedores de contenido que facilita la obtención de acceso en todo el continente y que entra en vigor este mismo mes de abril de 2018. Eso sí, para que el usuario pueda hacer uso a los catálogos de estas plataformas digitales como en casa, se realizará una comprobación de dos documentos o datos personales, como máximo (D.N.I., tarjeta de crédito, factura, cuenta bancaria…).
Se trata de una portabilidad que no conlleva un recargo extra y que da respuesta a los “nuevos comportamientos y hábitos de los ciudadanos europeos en el uso de las nuevas tecnologías”, según han afirmado el vicepresidente de la Comisión Europea (CE), Andrus Ansip y la comisaria de Economía y Sociedad Digitales, Mariya Gabriel, en un comunicado oficial.
Esta medida, que los representantes de la CE consideran una herramienta más para aumentar la satisfacción de los usuarios, también se aplica a los proveedores de contenidos gratuitos y se ha creado con el objetivo de avanzar hacia el mercado único digital en Europa, sin barreras ni imposiciones.
Según la UE, supondrá un beneficio para un 5,7% de los consumidores europeos, un total de 29 millones de personas, dato que se incrementará hasta los 72 millones hasta el año 2020. Europeos que podrán seguir disfrutando de sus películas, series, retransmisiones deportivas, libros electrónicos, juegos, y canciones preferidas desde sus smartphones, tablets u ordenadores portátiles.
